Recuerdo que siendo yo adolescente mi mamá fue seducida por el furor del vegetarianismo, de un día para otro en mi casa se dejó de comer cualquier tipo de carne de origen animal y empezamos a consumir solamente verduras, leguminosas, semillas, tubérculos y lo que llamaban “carne de soya”
Mi mamá se cansaba de explicarnos acerca de todas las ventajas de ser vegetariano, mientras tanto yo soñaba con una hamburguesa hecha con carne de verdad verdad. 🍔
Con el paso del tiempo, mi mamá flexibilizó su régimen alimenticio y en efecto, empezamos a comer en casa más sanamente pero retornamos a la carne de res, pollo y pescado.
¿Por qué les cuanto esta anécdota? Porque las redes sociales están inundadas de “expertos en alimentación saludable”, en ese mundo, puedes encontrar los fundamentalistas anti-gluten, anti-carbohidratos, los que te recomiendan dietas o bebidas milagrosas, los que hablan barbaridades de los lácteos y por supuesto no puede faltar la guerra contra el azúcar y sus sustitutos.
Cuando converso con mis amigos que están en la onda de la comida saludable puedo observar criterios contradictorios.
Por un lado están los que incluyen la avena en su régimen alimenticio, mientras que otros me aconsejan muy seriamente que la aleje de mi vida para siempre. Esto por dar un ejemplo.
Al final del día no sabes si realmente estás comiendo bien o simplemente te estás intoxicando más.
A continuación te voy a dar algunas recomendaciones que no tienen que ver con lo que debes o no comer, sino más bien están orientadas a saber escuchar nuestro cuerpo antes que a cualquier influencer. Aquí van:
Tú eres único, lo que es bueno para los demás no tiene por qué funcionarte a ti.
Si a tu compañero de trabajo le fue de maravilla con el reto del jugo de zanahoria, no necesariamente tú vas a obtener los mismos resultados.
Evita consumir cualquier alimento a ciegas, sólo porque algún influencer te recomienda una fórmula infalible para bajar de peso, controlar el colesterol o disminuir el envejecimiento.
Acude a tu médico en caso de dudas, pero siempre pregúntale a tu cuerpo como se siente.
Es cierto que acudir al médico es la mejor manera de cuidarse con responsabilidad, pero eres tú quien realmente va a dar el veredicto final. ¿La medicina o régimen alimenticio que te indicaron le cae bien a tu cuerpo? Quizás esa dieta de pollo al vapor con ensalada verde aunque pudiera ser sana no es lo que tu cuerpo necesita.
Te recomiendo que leas acerca de la microbiota y su trascendencia para el cuidado de la salud, porque lo que comemos también puede ayudarnos a aliviar trastornos de orden emocional.
Investiga acerca de los productos fermentados y los beneficios para la salud: chucrut, búlgaros o kefir de leche, tibicos o kefir de agua. En otro post escribiré más en detalle.
Revisa las etiquetas de lo que compras
¿Cuántas veces hemos comprado esos productos “light” que tienen su “azúcar” escondida, o los “gluten-free” que no son tan free, o productos supuestamente orgánicos que no son tales?.
Invierte tu tiempo en leer las etiquetas antes de comprar cualquier alimento supuestamente saludable.
Los chocolates tantas veces prohibidos por médicos y odontólogos son un buen ejemplo: si lees las etiquetas muchos de esos chocolates que venden en los super son tipo golosina tienen alto contenido de azúcar y manteca vegetal, eso no es sano, pero si consumes chocolates artesanales con bajo contenido de azúcar sin aditivos químicos y con cacaos de buena calidad la diferencia es del cielo a la tierra.
Vas a consumir un superalimento ideal para proteger tu cerebro, sistema cardiovascular y nervioso.
Adáptate a tu entorno y a tu bolsillo
Para nadie es un secreto que la industria de los productos “saludables”, mueve millones de dólares y en general son productos caros.
No es igual comprar una harina de plátano verde, amaranto o yuca que una una harina de trigo.
Los productos verdaderamente sin gluten requieren de un procesamiento especial porque los accesorios, el entorno y la producción debe hacerse en ambientes sin trazas de gluten.
La buena noticia es que hay alternativas económicas, si compras a productores locales o aprendes a hacer tus propios alimentos.
En lugar de comprar leche de coco enlatada por qué no la haces con cocos naturales. ¿Es más trabajo? Si, pero vale la pena el esfuerzo, nadie dijo que comer saludable sea fácil, hay trabajo, se requiere de organización y mucha investigación.
Es muy satisfactorio hacer uno su propio alimento y mientras menos procesado industrialmente será mejor para tu organismo.
Lo natural no siempre es sinónimo de saludable o inocuo
Muchas hierbas y frutas tienen propiedades medicinales, pero al igual que ocurre con los medicamentos se debe ser cuidadoso con las dosis, el tipo dolencia, condición del paciente y modo de aplicación o uso.
¿Consumir frutas es saludable? Si. ¿El paciente es diabético? Cambia la historia.
El ajo tiene propiedades que ayudan a controlar la hipertensión. ¿Un paciente hipertenso puede prescindir de su tratamiento y sustituirlo por el ajo? No.
Incluso con las hierbas y los tés hay que investigar y ser cuidadosos con lo que consumimos.
Por último. Haz con tu vida un festín
Fluye con tu alimentación, cuídate, procura disminuir el azúcar y los alimentos procesados pero ¿Sabes qué? Evita que el comer se convierta en una camisa de fuerza que te haga perder el placer de una buena comida.
Compartir alegremente con tu familia o tus amigos alrededor de una mesa son experiencias inolvidables y el cerebro los guarda como eventos especiales.
Esto fue todo por esta ocasión.😊
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Queremos dar la bienvenida a Antojos911. Este emprendimiento surgió durante la pandemia y paso a paso se ha mantenido en el tiempo.
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Le auguramos muchos éxitos a antojos911 y los mencionaremos en aquellas publicaciones que estén relacionadas con el área gastronómica.
¡Muy cierto!
Ya uno no sabe ni qué comer en estos tiempos...